Las crisis de unos son las oportunidades de otros

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Pese a que hace más de 10 años hay iniciativas que buscan incentivar la recuperación de residuos plásticos o que tienden a hacer un uso más racional de la materia prima, nunca como en este momento ha habido tanta presión sobre la industria plástica por reducir su impacto sobre el medio ambiente. Tanto la difusión mediática como las iniciativas polí­ticas han sometido al plástico a una campaña de descrédito, que finalmente está empezando a impactar la forma en la que diseñamos y transformamos productos plásticos.

En 2019, por ejemplo, veremos en las grandes exposiciones de la industria iniciativas que demuestran cómo podemos trabajar con materia prima recuperada y, por primera vez, este tipo de soluciones dejarán de ser una curiosidad para tomar un escenario central en las presentaciones de los grandes lí­deres tecnológicos. Así­ mismo, encontraremos cada vez más productos en el mercado donde se apliquen principios de ecodiseño, buscando cerrar el ciclo e integrar al menos un porcentaje de material plástico recuperado en la fabricación.

Como todo, esta nueva situación puede tomarse como un problema o como una oportunidad. Los convertidores de plástico entraremos a 2019 necesitando dar respuesta a dos preguntas: cómo se manejarán los residuos plásticos en nuestras plantas y qué responsabilidad tomaremos en el destino final del producto que entregamos al mercado.

Meter la cabeza en la arena como el avestruz y continuar trabajando como hasta ahora solo pospondrá el problema; pueden venir multas y sobrecostos en el uso de materia prima virgen, pero creo que lo más grave de esta posición es que si hay algún competidor que se ponga el sello de súper héroe ambiental y que empiece a entregar las mismas soluciones que nosotros tenemos pero con una respuesta al tema de manejo de residuos, vamos a perder en el intangible más valioso que tenemos: nuestra reputación. Y esto es especialmente grave para empresas dueñas de marca.

Si en cambio tomamos una posición proactiva y empezamos a ver qué podemos hacer para mejorar el balance ambiental de nuestros productos plásticos, tenemos la oportunidad de convertirnos nosotros en los súper héroes y tomar ventaja de esta oportunidad de marketing, que capitaliza la necesidad del consumidor de encontrar soluciones sostenibles en el mercado.

Hay varias formas de llevar los productos plásticos a ser más sostenibles. A continuación resumo cinco alternativas:

1. Reevaluar diseños para consumir menos materia prima: hacer productos de pared delgada o espumados permite reducir hasta en 20 % o 30 % el consumo de materia prima plástica.

2. Utilizar materia prima reciclada: esto por supuesto requiere tener una fuente de acopio confiable, de calidad constante, lo cual depende mucho de la voluntad gubernamental y de las polí­ticas locales de manejo de residuos. Pero hay algunas zonas donde está haciéndose posible gracias a iniciativas privadas de acopio. 

3. Usar diseños que empleen materia prima reciclada encapsulada: hay tecnologí­as de coextrusión o coinyección que permiten encapsular material reciclado, haciendo una especie de sándwich, donde la materia prima virgen queda en la superficie y se aprovecha material reciclado en el interior. De esta forma se garantiza la inocuidad en el producto, pero se consume menos material virgen.

4. Hacer diseños de productos mono-material: evitar el uso de materiales de barrera o mezclas de polí­meros que contaminen el ciclo de reciclaje. Hay soluciones ya en el mercado, pero hay que aprender a usarlas.

5. Emplear materias primas de origen vegetal: tanto las resinas biodegradables como las resinas biobasadas pueden mejorar el impacto de los plásticos, al absorber CO2 durante su elaboración (por la fotosí­ntesis de las plantas).

Tecnológicamente hablando, hay soluciones desde hace más de una década en el mercado que permiten mejorar el balance ambiental de nuestros productos plásticos. El uso de coinyección o coextrusión de materias primas recuperadas se encuentra en el mercado desde hace casi 20 años, para dar solo un ejemplo. Pero hasta ahora no se habí­a sentido la presión de integrar estas tecnologí­as y tampoco se habí­a tenido una ventaja económica al adquirirlas. Eso está a punto de cambiar.

Por último, no olvidemos que es fundamental trabajar en la difusión de una buena imagen del plástico. No es la materia prima, es la forma en la que la disponemos. El plástico tiene en realidad un excelente balance ecológico, al requerir de baja energí­a en su procesamiento, cada vez hay más opciones de fuentes renovables y compostables, puede ser reciclado en su totalidad y puede ser incinerado para recuperación energética. Las soluciones están a la mano, depende de nosotros como sociedad implementarlas.

Esperamos que disfruten esta edición resumen de 2018. En Tecnologí­a del Plástico seguimos listos para acompañarlos en 2019, como en los últimos 33 años, y fieles a su lado para traerles la información que les permita tomar las mejores decisiones.

 

 

Tengan unas fiestas maravillosas, un tiempo de reflexión y de cerrar ciclos en este año y ¡preparémonos con toda la energí­a para recibir al 2019 con el mayor optimismo!

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