Tecnología 3D hecha por mexicanos

Para una empresa que en dos años ha vendido 450 equipos y desarrollado siete modelos de impresoras 3D en un año, parece que el futuro es promisorio cuando lo que busca es ofrecer productos de alta calidad a buen precio y con todo lo que el usuario requiere para poner en marcha no solamente prototipos, sino piezas funcionales de gran calidad y desempeño. Esta empresa llamada Mini Fábricas 3D es dirigida por ingenieros mexicanos.

Un informe reciente de la consultora Research and Markets prevé un aumento en las ventas de impresoras 3D a nivel mundial durante los próximos seis años. Este mercado que consiste en impresoras 3D, materiales, servicios y software de impresión en 3D, llegó a US$4,98 billones en 2015 y se espera que alcance US$30,19 billones para el año 2022, que es una tasa de crecimiento anual compuesta de 28.5%.

Este mismo estudio indica que el crecimiento ha sido impulsado por la baja en los costos de esta tecnología y por la mejor calidad y confiabilidad de la impresión en 3D, aunado a una mayor oferta de materiales y colores para imprimir y de diseños y software abiertos que ha facilitado la adopción por parte de principiantes y profesionales no especialistas.

La tendencia hacia productos cada vez más personalizados ha hecho, dice Research and Markets, que el uso de la impresión 3D en el sector industrial tenga mayor demanda en los sectores aeroespacial y defensa, medicina y productos de consumo, que representaron las industrias con la mayor proporción del mercado de impresión 3D en 2015. Y si ahora Estados Unidos domina el mercado de esta tecnología, el informe prevé que Asia-Pacífico tendrá un crecimiento a un ritmo mayor que América del Norte en el periodo 2016-2022 gracias a iniciativas de gobierno de los países asiáticos, mayor financiamiento para investigación y desarrollo y también para infraestructura.

“Una clase emergente de impresores 3D de nivel medio está empezando a ofrecer algunas funciones del sistema de gama alta en equipos de escritorio a precios más bajos. Las velocidades de impresión están aumentando en todo el espectro de productos; al menos uno de los sistemas de gama alta que está en fase de desarrollo podrá llegar a imprimir hasta 500 veces más rápido que las mejores máquinas de hoy en día. Aunado a esto las patentes clave están a punto de expirar, lo que puede acelerar el ritmo de la innovación”, pronostica el análisis The road ahead for 3-D printers, de la consultora PwC.

La misma consultora indica que la impresión 3D avanzará hacia el desarrollo en tres áreas fundamentales: impresoras y métodos de impresión, software de diseño e impresión y materiales de impresión.

Para PwC es sorprendente cómo la adopción de esta tecnología ha sido muy acelerada, pues en una encuesta que aplicaron hace un par de años entre empresas de manufactura el 67% la estaba usando para el prototipado rápido y para experimentar con esta tecnología, mientras que la encuesta más reciente muestra que ese porcentaje aumentó a 72% y de hecho, la mitad de los encuestados indicaron que ya utilizan impresión 3D no sólo para prototipos, sino para fabricar productos finales. Incluso, el 52% prevé que la impresión 3D será de uso común en la producción masiva en los próximos cinco años.

Sus aplicaciones tal como se ve, ya no serán sólo para la impresión de pequeños objetos o prototipos, sino para la elaboración de piezas funcionales, alimentos, tejido humano y muchas otras.

Mini Fábricas 3D está pronosticando estas tendencias y busca, incluso, anticiparse al futuro. Esta pequeña empresa mexicana, dirigida por Fabien Legay Peña, comenzó en la estancia de una casa como una manera de crear tecnología para ponerla a disposición de toda la gente, desde niños, estudiantes y universidades, hasta empresas de todo tipo. Poner a su disposición la impresión 3D de alta calidad a un precio asequible.

A dos años de su fundación, Mini Fábricas 3D, ya cuenta con siete modelos de impresoras 3D, más de 450 equipos vendidos en todo México, distribuidores en todo el país, y está a un paso de mudarse a una planta de fabricación y próxima al lanzamiento de su cortadora láser CO2, la primera en su tipo hecha en América Latina.

“Tenemos ya más de siete modelos de impresoras 3D, desde una diseñada para estudiantes, nuestro modelo de impresora Delta, la Minifab que es la más vendida y nuestra Monsterfab, un equipo para impresión en grandes dimensiones. Todos estos equipos los hemos desarrollado en menos de un año, en un promedio de mes y medio por equipo”, asegura Legay Peña.

Pero no sólo tienen impresoras 3D, la filosofía de la compañía como su nombre lo indica es ser una especie de mini-fábrica, por lo que ofrecen equipos CNC y cortadoras porque con estas tres máquinas, según Fabien, es posible fabricar cualquier cosa tanto en el caso de emprendedores como para empresas de todo tamaño.

“Toda nuestra gama de productos está enfocada en diferentes clientes. Tenemos la más económica que es para estudiantes o niños, es una impresora que desde 7,900 pesos un estudiante ya puede armar su propia máquina, imprimir sus objetos y de ahí va subiendo el precio hasta el equipo más estandarizado, que vendemos listo para imprimir que cuesta 17,900 pesos y es el más comercial porque es el de mejor calidad, el más accesible”, comenta.

Además del crecimiento acelerado que han tenido como empresa en estos dos años, también han sido parte del éxito de otras pequeñas empresas como Mediprint, otra start up mexicana que fabrica dispositivos médicos mediante impresión 3D.

Con la tecnología de Mini Fábricas 3D, Mediprint desarrolló una férula plástica para sustituir el yeso que se usa en la rehabilitación de huesos rotos para evitar los inconvenientes del yeso que puede causar infecciones, úlceras, entre otros. La férula llamada NovaCast inmoviliza la extremidad, es 10 veces más ligera que el yeso,  removible, estética y personalizada, incluso, es posible bañarse con ella puesta, y lo mejor es que se imprime al tamaño y necesidad del paciente. Este desarrollo es una pieza impresa totalmente funcional que ha ganado varios reconocimientos internacionales.

La tecnología desarrollada por Fabien Legay y su equipo de cinco ingenieros está a la altura de las alemanas o estadounidenses, sin embargo, su costo es mucho menor, debido a que están fabricadas en México, con lo cual se evitan gastos de importación, entre otros costos adicionales.

Otra ventaja de los equipos de Mini Fab 3D es que permiten utilizar cualquier material para impresión, es decir, desde ABS, PLA, hasta plástico flexible y plásticos con base de madera, bambú y plásticos con componentes de cobre, que aunque es plástico al imprimir da la impresión de que es metal.

El objetivo, como comenta Fabien, es crear tecnología abierta, de modo que utilizan software y diseños abiertos para abrir las posibilidades del usuario y no ‘casarlo’ con una determinada tecnología como lo hacen muchas marcas. Por lo mismo, establecieron una alianza con un proveedor de rollos de material para impresión para ofrecerle todos los insumos al cliente, sin embargo, los usuarios pueden decidir utilizar cualquier marca disponible en el mercado.

Incluso, todos sus equipos fueron desarrollados por la necesidad de los clientes de tener determinadas características, por eso se creó la Monsterfab, el equipo más grande que fue hecho a petición de un laboratorio que iba a imprimir piezas para aeronáutica, así que Mini Fábricas 3D la desarrolló y después se dio cuenta que había una demanda en el mercado y decidieron comercializarla.

También fabricaron una impresora para decorar pasteles por petición de un chef que actualmente la usa, y aunque ésta no se ha comercializado, como desarrolladores locales tienen la ventaja de estar en contacto directo con el usuario y hacer las adecuaciones que éste les requiera.

“Nuestra ventaja es que nosotros podemos diseñar las máquinas tal como la requiere el cliente, si hay mercado potencial lo diseñamos y fabricamos para comercializar. La impresora Monsterfab nos la pidió un laboratorio muy grande. Querían hacer partes más grandes, partes para aeronáutica, para satélites, ese tipo de aplicaciones y no podían imprimir piezas pequeñas y armarlas porque no era funcional, sino que requerían una máquina grande y como vimos que varias personas también lo requerían decidimos producirla para comercializarla”, explica en entrevista.

En un par de meses, Mini Fábricas 3D lanzará al mercado su cortadora láser de CO2, y también estrenará su fábrica ya en forma, pues actualmente producen en un lugar pequeño y su capacidad de producción mensual es de 50 impresoras 3D, sin embargo, su meta es seguir a la par de la evolución de la tecnología, e incluso, superarla, como ya lo han hecho en algunos de sus equipos.

“Conforme va saliendo la tecnología, mejorando, nosotros tenemos que irla superando, si no es que nosotros la implementemos antes, como ya hemos hecho mejoras en nuestras máquinas que superan las que hay en el mercado. Entonces es un vaivén y nuestro objetivo es ser líderes a nivel nacional en impresión 3D. Y lo que necesitamos es que nos apoyen como desarrolladores mexicanos, necesitamos que los mexicanos compren tecnología hecha por mexicanos”, finaliza.