Reciclaje RAEE: De residuos electrónicos a plásticos industriales premium

EcoCómputo y ESTRA aprovechan plásticos de residuos electrónicos para fabricar productos duraderos. Ensayos de calidad y pruebas de resistencia avalan esta iniciativa de economía circular en la industria plástica.

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La industria plástica está constantemente en la búsqueda de innovaciones y soluciones que permitan ser más productivos y eficientes. En Colombia, una alianza innovadora entre la Corporación EcoCómputo y Industrias ESTRA S.A. está demostrando cómo los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) pueden convertirse en materia prima valiosa para las empresas del sector plástico.

Ambas entidades unieron fuerzas en la segunda fase de un proyecto nacional para identificar y clasificar plásticos provenientes de RAEE, con el objetivo de encontrar alternativas de reciclaje de alto valor agregado y alineadas con los principios de la economía circular. Esta iniciativa busca fortalecer la capacidad de gestión de residuos electrónicos a nivel nacional, transformando desechos en nuevos productos plásticos de uso cotidiano.

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EcoCómputo y ESTRA se unen para reciclar plásticos de RAEE

Como parte de los primeros ensayos del proyecto, Industrias ESTRA fabricó pedales y palancas para contenedores plásticos de 20 litros empleando material plástico recuperado de RAEE. El plástico fue obtenido a través del sistema de recolección de EcoCómputo y procesado por un gestor especializado, demostrando en la práctica que los componentes plásticos de computadores, electrodomésticos y otros equipos electrónicos pueden tener una segunda vida útil.

Esta colaboración ejemplifica los usos de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos en la industria plástica, mostrando cómo partes de dispositivos desechados pueden integrarse en la fabricación de nuevos productos.

Ensayos de calidad y seguridad del material reciclado RAEE

Para asegurar la calidad y seguridad de las piezas fabricadas con plástico reciclado, se realizaron rigurosos ensayos de laboratorio. El material recuperado fue caracterizado por el laboratorio ASTIN del SENA, donde se confirmó que cumplía con las especificaciones requeridas. Adicionalmente, en los laboratorios del Instituto de Capacitación e Investigación del Plástico y del Caucho (ICIPC) se descartó la presencia de contaminantes orgánicos persistentes (COP), garantizando que el plástico reciclado estuviera libre de sustancias tóxicas y cumpliendo con las obligaciones del Convenio de Estocolmo. Estos resultados brindan tranquilidad sobre la seguridad del material reciclado, equiparando su calidad a la de materias primas vírgenes.

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Con el material debidamente validado, el equipo técnico de ESTRA –con apoyo de expertos del ICIPC– llevó a cabo el proceso de inyección y moldeo de los pedales y palancas.

Las piezas fabricadas con plástico recuperado fueron homologadas exitosamente con el material original, es decir, se comprobó que podían reemplazar sin inconvenientes a las piezas hechas con plástico virgen en la línea de producción.

Según Edgar Erazo, director ejecutivo de EcoCómputo, “este resultado no solo es muestra de nuestro compromiso con la sostenibilidad, sino que también revela un proceso de innovación en el uso de plásticos reciclados, demostrando que es posible convertir los residuos de los RAEE en materiales funcionales que cumplen con elevados estándares técnicos y ambientales”. La exitosa homologación indica que los plásticos recuperados de RAEE pueden integrarse en procesos industriales sin sacrificar rendimiento ni seguridad.

Pruebas de durabilidad: plásticos recuperados superan a los vírgenes

Uno de los aspectos más destacables del proyecto son las pruebas de durabilidad realizadas a las piezas fabricadas con plástico reciclado. Los pedales y palancas fueron sometidos a ciclos repetitivos de uso para evaluar su resistencia mecánica. De acuerdo con los ensayos efectuados por ESTRA, las piezas elaboradas con plástico recuperado superaron los 250.000 ciclos de trabajo sin presentar fallas, mientras que una resina plástica virgen utilizada anteriormente tendía a fracturarse después de aproximadamente 140.000 ciclos.

En otras palabras, el material reciclado demostró tener una resistencia mecánica superior en comparación con el material nuevo, evidenciando que los plásticos recuperados de residuos electrónicos no solo pueden igualar sino incluso mejorar el desempeño de ciertos materiales vírgenes. Este hallazgo derriba el mito de que el plástico reciclado es de menor calidad y refuerza su potencial para aplicaciones exigentes en distintas industrias.

Impacto positivo en la industria plástica y la economía circular

Los resultados de esta iniciativa conjunta marcan un hito en la industria plástica y representan un avance significativo hacia la economía circular. Para agosto de 2024, Industrias ESTRA completó la homologación del material reciclado en su proceso productivo e incorporó estas piezas en las primeras unidades comerciales de sus contenedores.

Gracias a este logro, dichos productos alcanzaron la meta de ser 100% fabricados con material recuperado, ya que en años previos incluso el cuerpo y la tapa de los contenedores habían pasado de plásticos vírgenes a plásticos reciclados. Hasta la fecha, se han utilizado más de 12 toneladas de plástico recuperado de RAEE para fabricar los pedales y palancas de estos recipientes. Esto no solo reduce la necesidad de resinas plásticas nuevas, sino que también disminuye la cantidad de residuos electrónicos que terminan en rellenos sanitarios o en el ambiente.

El impacto positivo del proyecto trasciende la fabricación de contenedores: demuestra el enorme potencial de los RAEE como fuente de materia prima para diversos sectores. Al seleccionar cuidadosamente los plásticos recuperados según sus propiedades, es posible encontrar aplicaciones donde estos materiales reciclados ofrecen un rendimiento igual o mejor que las alternativas vírgenes.

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Iniciativas como la de EcoCómputo y ESTRA evidencian cómo la investigación, la innovación y la colaboración entre diferentes actores de la cadena productiva pueden impulsar la competitividad de la industria plástica colombiana, a la vez que contribuyen a una gestión más sostenible de los residuos electrónicos, cuyo volumen crece día a día.