Acoplásticos es la asociación colombiana que representa a las industrias del plástico, química, petroquímica, caucho, pinturas, tintas y fibras en el país. Tecnología del Plástico entrevistó a Paula Ocampo, directora jurídica y ambiental de la asociación, para preguntarle sobre las iniciativas que tiene la agremiación para mitigar el impacto ambiental del plástico en Colombia.
Tecnología del Plástico: el plástico está siendo atacado por muchos sectores de la sociedad. ¿Cuál es su visión sobre esta problemática?
Paula Ocampo: es indudable que a nivel internacional el gran problema que tiene la industria es la imagen negativa del plástico. Lo que vemos desde el gremio es que parte de esta imagen negativa tiene que ver con el desconocimiento que tiene la gente de hasta dónde el plástico está involucrado en su calidad de vida. La percepción de la sociedad, cuando se habla de plástico, es pensar en envases o productos de un solo uso, pero la gente no cae en cuenta de que gracias al plástico tenemos bolsas de sangre, catéteres, lentes, etc.; que el desperdicio de alimentos se reduce gracias a los envases plásticos. Hoy en día los carros y aviones tienen muchas piezas de plástico que hacen que consuman menos combustible y generen menos emisiones. Los plásticos están en los celulares, la ropa, la tubería, en fin. Entonces lo que nosotros queremos es empezar a mostrarle a la gente lo bueno y lo importante que es el plástico. Obviamente es un producto que tarda tiempo en degradarse, pero lo que tenemos que hacer es darle un buen cierre de ciclo de vida al producto.
TP: recientemente la directiva de la Unión Europea ha planteado una iniciativa muy agresiva para prohibir el consumo de bienes plásticos de un solo uso. ¿Cuál es la posición de Acoplásticos frente a este tipo de prohibiciones?
PO: este tipo de normas, que consideran que la solución es la prohibición de un producto, son demasiado radicales y realmente no se detienen a pensar por qué surgieron estos productos. Los artículos como los vasos o platos de un solo uso nacieron para cubrir una necesidad de sanidad e higiene, no por un tema de comodidad; surgieron para prevenir contagios de bacterias o enfermedades en lugares como hospitales y cárceles. Tampoco se detienen a analizar el origen real del problema. El plástico per se no es malo; el problema lo genera quien dejó abandonado este producto de manera irresponsable en una playa, en una calle. Y no solo como ciudadanos no somos responsables con nuestros residuos, hay otros factores que hacen que estos materiales terminen siendo contaminantes. Si no hay una adecuada separación en la fuente, si no se recuperan estos materiales para volver a incluirlos en el ciclo productivo, si no hay un sistema adecuado de gestión de residuos, el material va a contaminar, pero no solo el plástico, todos los materiales. Entonces, para nosotros más que iniciativas que busquen una prohibición absoluta de un producto se deben buscar alternativas que tengan en cuenta cuál es la raíz del problema y las opciones para solucionarlo, siempre involucrando a todos los actores. No se puede prohibir todo el plástico, es necesario y está presente en muchos aspectos de nuestras vidas. La prohibición no es una solución real a la contaminación por residuos.
TP: los esquemas de responsabilidad extendida plantean que los proveedores de materiales o los transformadores estén involucrados con la responsabilidad del fin de vida del producto plástico. ¿Qué tan realista es que exista este esquema en Colombia?
PO: los esquemas de responsabilidad extendida del productor son una realidad mundial. Colombia está ad portas de tener la norma. El Ministerio de Medio Ambiente dispuso en consulta pública un proyecto de resolución de gestión integral de residuos de envases y empaques de todo tipo de materiales. Y dentro de este proyecto de norma se encuentra un esquema de responsabilidad extendida del productor que pretende que quien pone su producto de consumo masivo en el mercado tenga que asumir parte de la responsabilidad por cómo se va a gestionar el envase en el que este estaba. Estos esquemas llevan décadas funcionando en Europa. No son fáciles de implementar, pero es una forma de empezar a involucrar a los demás actores en la gestión adecuada de un residuo. En Colombia existen experiencias con otro tipo de productos como pilas y plaguicidas.
TP: ¿Qué cambio habrá para una empresa que hace una botella o un envase flexible en este esquema de responsabilidad extendida?
Paula Ocampo: seguramente va a tener que apoyar mucho a su cliente en temas como el ecodiseño. Por ejemplo, para un dueño de una marca de una bebida, factores como el ecodiseño que le van a permitir tener botellas más delgadas, que consuman menos materia prima, con características que les permitan ser fácilmente reciclables, con etiquetas que no obstaculicen el reciclaje, le darán puntos para cumplir las metas establecidas en la norma. Esto no lo puede hacer el dueño de la marca solo, va a tener que acudir a su proveedor de envase. Tendrán que empezar a apoyarlos con información; los envases y los empaques deberían estar marcados para dar información sobre su reciclabilidad. Y también será necesario invertir en investigación y desarrollo para entender cómo pueden reincorporar nuevamente estos materiales pos consumo a un ciclo productivo. Particularmente para buscar involucrar material recuperado en envases en contacto con alimentos.
TP: como gremio, ¿están impulsando alguna iniciativa para incrementar la cantidad de plástico que se está reciclando en el país?
PO: una iniciativa grande y una apuesta muy importante que estamos liderando es la
campaña "dale vida al plástico", que está enfocada en educación y pedagogía; no se trata de actuar defensivamente frente a la imagen negativa del plástico, sino de mostrarle a la gente las ventajas y los beneficios del material, enseñar la importancia de la adecuada separación en la fuente, que permite darle nuevamente vida a un material como el plástico. Estamos trabajando en varios ejes, con diferentes actores. Por ejemplo, hemos hecho presencia en eventos masivos enseñándole a la gente a realizar una adecuada separación. Adelantamos actividades en colegios diseñadas por rangos de edades. Tenemos presencia en redes sociales y en las que entregamos
tips de reciclaje, se divulgan iniciativas y se muestran las ventajas del plástico. El impacto en la gente es positivo cuando ven
pellets que provienen de plástico recuperado que se convierten en bienes nuevos como ladrillos o útiles escolares. Primero hay que educar y difundir la realidad del material plástico. Hay que enseñar a la gente cuál es su rol y cuál es su responsabilidad. Los dos segundos que se demora una persona en tomar la decisión de dónde depositar el residuo para que alguien lo pueda aprovechar pueden cambiar las cosas.
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