La industria química mexicana podría duplicar su valor en 15 años

La industria química en México es hoy una industria de USD 19 billones, y representa el 1.5% del PIB.

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En el marco del LIV Foro de la Industria Química, realizado por la Asociación de la Industria Química (Aniq), la consultora McKinsey presentó las conclusiones del estudio “Reimaginando la industria química de México”. Capturar el máximo potencial del país llevaría a crecer la industria de USD 20 billones a una de USD 35 billones.

El estudio concluye que México está ante una oportunidad sin precedentes para poder duplicar el tamaño de su industria química y hacer frente a la creciente demanda de las manufacturas locales, pero también para atender las necesidades de los mercados de Estados Unidos y América Latina.

Manuel Prieto, socio Líder de Chemical Insights de McKinsey, expuso que México tiene muchas fortalezas para lograrlo. En principio, mencionó que la demanda interna de productos químicos y petroquímicos asciende a USD 40 billones. Es una demanda creciente, y más aún con un sector manufacturero que está en expansión.

Otra fortaleza es su cercanía con Estados Unidos, lo que lo posiciona como proveedor de las empresas estadounidenses que buscan reducir su huella de carbono. Al mismo tiempo, para México significa el acceso a gas natural, etano y propano, que podrían procesarse en territorio nacional, ya que en la Unión Americana el costo de instalar plantas petroquímicas es altísimo.

Por otra parte, México es un país muy avanzado en la recolección y separación de residuos plásticos. Esto lo ubica en buena posición para el suministro de resinas recicladas, cuya demanda mundial está creciendo. Asimismo, sus condiciones geográficas le permiten ser un actor clave en la descarbonización al contar con vastos recursos solares y eólicos.

“Hay una oportunidad muy grande para México en los próximos 15 años, sin embargo, la ventana no va a estar abierta a largo plazo”, advirtió Manuel Prieto.

En su participación, Rafael Scott, socio líder en Energy Insights de McKinsey, advirtió que para aprovechar esa oportunidad se requieren inversiones, y hay diferentes escenarios. El más conservador que significa seguir como hasta ahora, requiere inversiones de USD 30 a USD 40 billones, o el mejor escenario que implica USD 60 billones de inversión.

El especialista aseguró que México se puede beneficiar de ir por el máximo potencial, reimaginar la industria haciendo inversiones en Baja California para aprovechar la energía eléctrica, en Tamaulipas algunas cadenas de importación, en Michoacán y Jalisco en agroquímicos y fertilizantes, en el Bajío para servir a toda la industria de manufactura.

Algunas de las inversiones que detectó el estudio de McKinsey se refieren a incrementar la capacidad de importación de etano, construir un cracker flexible aprovechando la disponibilidad de nafta en Estados Unidos.

También existe potencial en la expansión de capacidad de formulación para la industria química, inversiones en nuevas plantas de fertilizantes, y de reciclaje mecánico y químico, e inversiones en hidrógeno verde.

Se habla incluso de desarrollar y profundizar la cadena de VCM para la producción de PVC, inversiones en producción de ACN para la generación de plásticos y algunos productos que hoy demanda la industria de manufactura en el país y en el mundo. En suma, son proyectos rentables de más de USD 60 billones.

“La oportunidad está ahí, nuestra petición para ustedes es que no esperemos a que cambien las condiciones, actuemos hoy y vayamos por esta oportunidad que son USD 35 billones por año para la industria química”, destacó Rafael Scott.