Estados Unidos: ¿Acelerador o freno para la industria automotriz mexicana?

El 90% de la producción de la industria mexicana es exportada, siendo Estados Unidos el principal cliente. Tan solo el mercado de autopartes exporta a territorio norteamericano casi 70 mil millones de dólares al año, es decir, el 37% del total de las importaciones de Estados Unidos, seguido muy de lejos por China y Canadá. "Cada vehículo que se fabrica en los Estados Unidos tiene más de cinco mil dólares en autopartes hechas 100% en México", añadió Alberto Bustamante, presidente ejecutivo de la Industria Nacional de Autoparte (INA). 

Bajo este panorama, para los representantes de la INA, AMDA y AMIA se necesita mucho apoyo del gobierno en el tema de políticas públicas. “Lo principal es darle certidumbre a las inversiones que ya tenemos y las que están por hacer”. 

La entrada en vigor del T-MEC desde el 1 de julio del 2021 ha permitido un aumento en la inversión extranjera. En el 2021 fue de 2.400.000 dólares, mientras que en el 2020 fue de 1.292.000 dólares, sin embargo, no se superan las cifras que se manejaban antes de la pandemia; en 2019 se tuvo más de 3.000.000 de dólares. 

“Ahí vemos una buena recuperación, pero es importante proteger las inversiones que ya tenemos en nuestro país, porque recordemos que las reglas de origen del tratado de libre comercio nos dan pauta para que los siguientes años se puedan incrementar las líneas de producción”, comentó Bustamante. 

A pesar de este panorama favorable, las diferencias entre México y Estados Unidos por la interpretación de las reglas de origen del T-MEC pueden complicar las cosas en el sector de las armadoras, pues la diferencia radica en las reglas para los vehículos ligeros. “Estados Unidos hace una ‘interpretación’ de las reglas de origen que es ‘inconsistente’ con lo establecido en el T-MEC entre los tres países”, afirmó la ministra de comercio canadiense, Mary Ng en apoyo a México. 

La disputa se da porque Estados Unidos ha aprobado que, a partir de 2025, el 75% de un vehículo y de sus componentes esenciales tienen que estar fabricados en el país para evitar aranceles aduaneros. Esa iniciativa contempla incentivos fiscales que van desde los 7.560 dólares hasta los 12.500 dólares. 

“Los 7.560 dólares van dirigidos a cualquier tipo de vehículo que se compre en Estados Unidos, ya sea, importado o producido allí. Además de ese dinero, la administración Biden dará 4.500 dólares si los vehículos eléctricos fueron ensamblados en plantas ubicadas en los Estados Unidos. Además, 500 dólares si la batería del vehículo eléctrico es fabricada con al menos 50% de materiales hechos allí”, explicó Bustamante. 

Para solucionar las diferencias se va a recurrir al artículo 31 del acuerdo: solución de controversias. Si no se arregla a través de este mecanismo, se tendrá que recurrir a la Organización Mundial del Comercio con un panel internacional en el cual se dará una solución. Para Bustamante esto es una ley violatoria del tratado de libre comercio de América del Norte al considerarla discriminatoria con sus socios comerciales. 

De acuerdo con la DW, el 6 de enero, México presentó la queja bajo el T-MEC para la creación de un panel que resuelva la disputa, medida a la que se unió Canadá. Se espera que el panel del T-MEC emita un informe sobre la disputa en el verano de este año. 

Bajo este panorama, la industria automotriz mexicana espera que en el segundo semestre de 2022 se pueda ver la recuperación del sector. “Hay que tener presente la variante Omicron. Una vez esté bajo control, la recuperación económica empezará a fluir y esto dará un nuevo aire a la venta de vehículos en el mercado local e internacional”, señaló José Zozaya, presidente ejecutivo de la Asociación Mexicana de la Industria.