Análisis sobre el futuro de los precios de las resinas plásticas
Análisis sobre el futuro de los precios de las resinas plásticas
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Durante la reciente Reunión Anual Latinoamericana de Petroquímica de la APLA en Buenos Aires, a la sombra de recientes vaivenes de los precios del petróleo, me encontré con que la pregunta “¿Qué va a pasar con los precios de las resinas en los próximos meses?” fue tanto frecuente como enfática. Además – como era de esperar- tras algunas presentaciones y conversaciones con los representantes de las diferentes empresas, se agregó la pregunta “¿Por qué difieren los pronósticos de los consultores respecto a lo que sucederá con los precios?”. Por ello, quiero hablar en esta ocasión de los factores que influyen en general sobre la formación de precios de las resinas (me enfocaré en las poliolefinas – polietileno y polipropileno - principalmente) y el posible desarrollo que pudieran tener algunos de dichos factores.
En la época de “constrúyelo, ellos vendrán” (o sea de mercados estrictamente de vendedores), los precios se determinaban por la suma de los costos y de los márgenes que el fabricante quisiera aplicarles. Con el tiempo, y con la competencia, los productos tuvieron que competir por la preferencia del consumidor. Entonces, las fuerzas del mercado tomaron vida. Como parte de este proceso, la segmentación de los productos en especialidades (productos dirigidos a mercados pequeños pero – al menos en teoría – de altos márgenes) y commodities (por su denominación en inglés, productos de bajo margen, que son altamente intercambiables sin importar su marca o productor y que se producen y comercian en altos volúmenes) se hizo también evidente. Algunos productos nacieron como especialidades y se vieron posteriormente condenados a convertirse en commodities por exceso de oferta y caída de precios (el ABS y el PET son buenos ejemplos de ello).
Las resinas commodity gozan de gran importancia global, como es el caso del ya mencionado PET, el PVC, el PS, los polietilenos y el polipropileno. Por otro lado, algunas de ellas se han convertido en un dolor de cabeza para los productores, como sucede hoy con los estirénicos en las Américas. Veamos qué hay tras ello. Una característica adicional de las commodities es el hecho de que las materias primas utilizadas en su producción representan un porcentaje alto de su costo total. Así, por ejemplo, el precio del estireno (una materia prima aromática, es decir no lineal) es vital para el fabricante de poliestireno y el etileno y el polietileno (materias primas olefínicas, lineales) lo son para el fabricante de poliolefinas. Consecuentemente, las materias primas (o feedstocks en inglés) con que se elaboran a su vez estas materias primas influirán en los precios de las mismas hacia atrás de la cadena productiva (upstream). Dependiendo del producto en cuestión, al inicio de la cadena nos encontraremos fundamentalmente con el petróleo o con el gas natural (aunque las materias primas alternativas empiezan a captar más y más la atención y se hacen anuncios de plantas a gran escala a partir de ellas, su impacto en el mercado es aún menor).
A través de procesos petroquímicos, el petróleo o el gas, dependiendo de la materia prima de que se disponga y para la que se haya diseñado el complejo petroquímico en cuestión, son convertidos en feedstocks para la producción de polímeros. Por ejemplo, el etileno para la producción de polietileno es el resultado de haber roto (cracking, en inglés) hidrocarburos más pesados, líquidos o gaseosos, para formar hidrocarburos cortos a los que se introducen los enlaces dobles entre las moléculas de carbón que durante el proceso de polimerización permitirán crear las grandes cadenas moleculares que componen las resinas plásticas.
Es evidente, pues, que los movimientos en los precios tanto de petróleo como de gas afectarán a los productos derivados de ellos, como lo son las resinas plásticas. Desafortunadamente, el uso de productos derivados de petróleo y de gas para la producción de polímeros es menor comparado con el uso para la producción de energía. Así, lo que suceda en el mercado de energía podrá influir sobre los precios de petróleo y gas (y qué decir del entorno geopolítico), mientras que lo que suceda en el mercado de los polímeros no podrá hacerlo. Dicho de otra forma, los polímeros tendrán que “seguir la ola”, pero no podrán generarla.
Por la razón expuesta arriba, analistas de mercado, compradores y consultores prestan gran atención al desarrollo de precios tanto de petróleo como de gas, así como sus derivados, para tratar de predecir los movimientos de precio de las resinas plásticas que les seguirán. En un mercado razonablemente balanceado entre oferta y demanda, sin sobresaltos, esto pudiera funcionar hasta cierto grado. Sin embargo, ni el mercado del petróleo y gas es estable - como lo ha mostrado la experiencia - ni el mercado de las resinas plásticas está normalmente balanceado.
A través de los años, nuestra industria ha mostrado un comportamiento más o menos cíclico. Además del entorno económico mundial en general, esos ciclos han tenido un factor autógeno que sigue más o menos el siguiente proceso:
1. En un momento dado, una resina plástica resulta atractiva para los productores, ya sea porque sus márgenes sean altos o se pronostique un crecimiento interesante de sus mercados finales.
2. En diferentes partes del mundo (o en las mismas) los productores deciden invertir en nuevas capacidades de la resina en cuestión.
3. Se hacen anuncios; se inician construcciones o expansiones a la vez que la resina parece más y más atractiva por la necesidad de capacidades adicionales.
4. Muy poco tiempo después, empiezan los esfuerzos de pre-mercadeo de los productores que tendrán capacidad adicional y se incrementa la competencia. Los precios empiezan a erosionarse.
5. Las diversas nuevas plantas inician operaciones en un intervalo relativamente corto …y en su conjunto sobrepasan las necesidades reales del mercado, la caída de precios se acelera.
6. Con el tiempo, el mercado ha perdido atractivo por sus bajos márgenes y sobre oferta; hay consolidaciones y cierres de plantas, generando insuficiencia de capacidad (lo que se refleja en muy altas tasas de operación de las plantas existentes) y necesidad de nuevas inversiones…y mientras el mercado sigue su crecimiento natural (o no), se inicia un nuevo ciclo.
En pocas palabras: es importante observar el desarrollo de los precios de los feedstocks, pero la conciencia del ciclo petroquímico y el balance de oferta y demanda pueden ser en un momento dado aún más importantes. Este último punto está también en relación con la competencia inter-polímeros. No hace muchos años que el poliestireno cedió gran parte de su mercado de empaques al polipropileno cuando éste alcanzó las propiedades necesarias para competir en ese campo (transparencia, rigidez) y lo hizo al precio adecuado.
Hoy, el ciclo de las poliolefinas atraviesa un momento muy interesante:
- No se han anunciado nuevas inversiones relevantes en Estados Unidos.
- Los incrementos de capacidad en América Latina para el próximo año son insuficientes.
- Hay un gran número de plantas y expansiones anunciadas en América Latina para los próximos años (2010 – 2012)
- Con los retrasos de un año o dos, las nuevas capacidades anunciadas para el Medio Oriente podrían estar disponibles en el mismo período.
- China disminuirá sus importaciones conforme se construyen nuevas plantas e incluso pudiera alcanzar la autosuficiencia en PVC en el período 2010 – 2012
En el artículo de la edición Octubre/noviembre de 2007 (Buscar vistasatelital en www.plastico.com) mencioné la posición de alta competitividad que tendrá Venezuela por sus reservas de gas. Brasil aprovechará sus reservas de petróleo pesado y dependiendo de la accesibilidad y calidad de los yacimientos recién descubiertos, este país podría potenciar su rol como competidor clave en la región.
Al juntar las piezas de este rompecabezas, todo parece indicar a que a una disponibilidad apretada de las poliolefinas en el corto plazo a nivel continente - en la que quizá se dé algo de retorno a poliestireno – seguirá un sobreabasto de aquellas resinas. De acuerdo con las particularidades locales habrá también peculiaridades de mercado, pero si todo sucede como se describe arriba, aún los patrones globales de abasto pudieran verse alterados: el Medio Oriente, que es el proveedor natural de Asia y en cierto grado de Europa, mirará hacia las Américas en busca de nuevos mercados, quizá con énfasis en Norteamérica. Por su parte, los productores latinoamericanos pondrán también al Norte del Continente en sus planes de venta al ver saturada su región. Será un mercado de compradores. Por otra parte, quizá no suceda así; quizá haya mayor consolidación hasta entonces; quizá no se lleven a cabo todas las plantas anunciadas. Estaremos atentos…
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