5 reflexiones sobre la transformación tecnológica
Empezando el mes de junio tuve la suerte de asistir a Plast 2018, la feria trienal del plíƒÂ¡stico que convoca a grandes jugadores de la industria en MilíƒÂ¡n. Para esta ediciíƒÂ³n la Agencia Italiana de Comercio, ITA, invitíƒÂ³ a medios especializados a conocer el evento, entre ellos a esta publicaciíƒÂ³n; y presenciíƒÂ© algo que solo esperaríƒÂa ver en Italia: una muestra de arte hecha en plíƒÂ¡stico (cuya reseíƒÂ±a pueden consultar en la píƒÂ¡gina 34 de esta ediciíƒÂ³n, por cierto).
No síƒÂ© a cuíƒÂ¡ntas muestras de la industria he asistido en estos 15 aíƒÂ±os de vida profesional en el sector del plíƒÂ¡stico, pero es la primera vez que veo una exposiciíƒÂ³n artíƒÂstica usando como materia prima el plíƒÂ¡stico. Conversando con una de las artistas que expuso en la muestra, le preguntíƒÂ© que por quíƒÂ© habíƒÂa escogido esta materia prima para su creaciíƒÂ³n, y me dijo algo que me causíƒÂ³ verdadera sorpresa: "el plíƒÂ¡stico es un material míƒÂ¡gico".
Desde mi primer empleo he vivido del plíƒÂ¡stico. Todo lo que he hecho en mi vida profesional se lo debo a la existencia de la industria plíƒÂ¡stica. Y a pesar de lo mucho que disfruto aprender, de lo sorprendente que me resultan los avances tecnolíƒÂ³gicos, hasta ahora nunca habíƒÂa visto el plíƒÂ¡stico con esos ojos: como un material para crear, para expresar, para comunicar, para dar belleza al mundo que nos rodea.
Esta visiíƒÂ³n se contrapone al violento ataque que estíƒÂ¡n sufriendo los materiales plíƒÂ¡sticos por su efecto en la contaminaciíƒÂ³n ambiental. El principal desafíƒÂo de nuestro sector es la mala imagen social que tiene el plíƒÂ¡stico. AsíƒÂ que quiero aprovechar esta columna para llamar a una reflexiíƒÂ³n: se trata del mismo material. No se le cambia nada. Pero dos seres humanos pueden ver dos cosas diferentes, dependiendo de quíƒÂ© uso se le díƒÂ©.
Cada vez hay míƒÂ¡s intervenciones, míƒÂ¡s columnas en prensa masiva, discutiendo la necesidad de "divorciarnos del plíƒÂ¡stico". Esta posiciíƒÂ³n radical me resulta, francamente, sorprendente. í‚¿En serio queremos prescindir del plíƒÂ¡stico en nuestras vidas? Miremos a nuestro alrededor: í‚¿quíƒÂ© de lo que utilizamos no estíƒÂ¡ hecho de plíƒÂ¡sticos?
Los materiales plíƒÂ¡sticos han transformado radicalmente nuestra sociedad. Nos permiten tener la vida que tenemos hoy en díƒÂa. Desde el celular en nuestras manos, pasando por los artíƒÂculos de higiene personal, hasta los automíƒÂ³viles. Nos prestan comodidad, seguridad y, muy importante, opciones higiíƒÂ©nicas que evitan el contagio y la propagaciíƒÂ³n de enfermedades.
Es un error satanizar el plíƒÂ¡stico. Es una muestra de ignorancia. El plíƒÂ¡stico es una alternativa, pero al igual que la energíƒÂa nuclear, depende del manejo que le demos para lograr tener un efecto bueno o malo en nuestra vida. La contaminaciíƒÂ³n es un problema real, soy la primera en reconocerlo y en sufrir por las nefastas consecuencias que tiene para la continuidad de nuestra sociedad, pero la soluciíƒÂ³n no es prohibir el plíƒÂ¡stico. Reemplazar el plíƒÂ¡stico por el siguiente material posible en cada una de las aplicaciones que actualmente lo usan generaríƒÂa una mayor huella de carbono, segíƒÂºn un estudio del Instituto Fraunhofer, en Alemania.
El plíƒÂ¡stico es una industria en franco crecimiento y hay una razíƒÂ³n muy clara para ello: es un material extraordinario, que combina propiedades como ligereza, conformabilidad, inocuidad quíƒÂmica, reciclabilidad, que otros materiales no tienen. Luego nuestro papel como sociedad es darle el lugar y el fin de vida que le corresponde. Es allíƒÂ donde debemos trabajar, en legislaciíƒÂ³n, en capacitaciíƒÂ³n, en dar soluciones reales al problema de disposiciíƒÂ³n de residuos, que es, como tantos otros problemas del mundo, originado en nuestra actitud como humanos, no un problema del plíƒÂ¡stico.